viernes, 3 de agosto de 2012

Evocaciones

En cada minuto del día recuerdo ser una niña, con las manos llenas de tierra, golosinas en los bolsillos y una porción de pastel envuelta en una servilleta rota para llevarle a mi abuela.

En cada instante de los instantes, me resguardo en el sonido que me susurra al oído, cuántas veces he querido regresar perdonando al más grande de mis enemigos.

Que ese miedo se aniquile, que los pájaros aniden en el rincón de mis ansias y de mis días de abriles.

Volverme amiga del viento y que murmure sus secretos, que deshilache mis átomos con sus bocas silentes, echando a arder en la brasa todo aquello que lo oprime.

Que sin elocuencia alguna lance el tren de los recuerdos y prendida en el techo, pueda gritar: LLAMAME AL AMOR!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario