Arual Campuzano
viernes, 3 de agosto de 2012
Evocaciones
En cada instante de los instantes, me resguardo en el sonido que me susurra al oído, cuántas veces he querido regresar perdonando al más grande de mis enemigos.
Que ese miedo se aniquile, que los pájaros aniden en el rincón de mis ansias y de mis días de abriles.
Volverme amiga del viento y que murmure sus secretos, que deshilache mis átomos con sus bocas silentes, echando a arder en la brasa todo aquello que lo oprime.
Que sin elocuencia alguna lance el tren de los recuerdos y prendida en el techo, pueda gritar: LLAMAME AL AMOR!!!
SER YO
Ayer soñè contigo
Charly: Qué? ¿?¿? adivina qué?
Lola: -soñé que era una nube. Fue muy raro adivina qué?
Charly: Y yo qué era? J.J. el avioncito? adivina qué?
Lola: jujuju No! -La nube adivina qué?
Charly: síiii? adivina qué?
Lola: -Sí, que tú eras una nube adivina qué?
Charly: Yo era oootra nube? adivina qué?
Lola:- Azul como…Como una caricia Suavecita, y que tus ojos eran dos estrellitas de las que caían polvos mágicos adivina qué?
Charly: Ayyy!!! Qué feliz me hace imaginarlo…Cuéntame más!!! adivina qué?
Lola: Después lloviste lluvia mágica de polvos fugaces y empezaste a transformarte en luz adivina qué?
Charly :-Ayyyy por Dios! Y empezó a juntar sus manitas ansiosamente y preguntò: -¿ Hay màs? adivina qué?
Lola: -Sí, y migraste… Migraste adivina qué?
Charly: migré? adivina qué?
Lola: Migraste en el mismo lugar tus orejas eran alas de mariposa adivina qué?
Charly: Ayyyyy!!! Me vas a enamorar! adivina qué?
Lola: Luego Canté… Canté una melodía que me susurraban los pinos verdes de la sabana y los samanes de la lluvia adivina qué?
Charly irrumpía una vez más preguntando si era todo… adivina qué?
Lola: -No termino -Luego fuiste rio jajja rio jajjaja rio jajja rio jjaja adivina qué?
Charly: Jajaajajaja me río? Jajajaja el río? adivina qué?
Lola: jajaja noo!!! fuiste rio y mis manos se enjugaron en tu composición, me convertí en agua pronto al tocarte con mis finos dedos adivina qué?
Charly: Fríos y delgados deditos adivina qué?
Lola: Sí, quise soñar más pero el sonido del despertador me levantó... Fue hermoso soñar contigo... adivina qué?
Y Charlie le regaló un abrazo en el alma…
miércoles, 6 de julio de 2011
Días de Luz
Es un día inesperado, un tercio planeado pero lleno de sorpresas; después de un domingo largo y de desvelo pero con la gratificación de haber compartido tiempos que añoraba y que han regresado de manera tardía…Así empezó el domingo acompañado de un puente en mi lugar natal, donde crecí y vi crecer a muchos otros a un ritmo desenfrenado y ahora que me miro en el espejo viejo de mi abuela se hace aún más evidente.
Llegar a casa de mis abuelos con el anhelo ferviente de regalarles un abrazo; darme cuenta que cada vez que mi abuelo me ve, una sonrisa tierna y joven se dibuja en su rostro y se lanza a darme un abrazo; contento siempre y hablándome con sus ojos: “Te esperé con muchas ansias” (Eso es por cierto el dulce más exquisito que me gusta probar al volver a casa); Existe cierto olor en su atmósfera que la caracteriza: húmedo pero cálido, algo parecido al olor amaderado de la corteza de un árbol de aguacate…Mi abuela me esperara con un beso siempre un tanto indiferente, pero que me da la certeza que ha sido por la vida dura que le ha tocado; yo conozco su amor difícil pero genuino, y me repito: “Su amor es raro pero existe”. Los ladridos de “Rocky” el perro labrador reclaman atención y entro por el corredor a saludarlo al patio lleno de plantas y carente de más vida verde.
Estoy cansada pero tengo ganas de llamar a mis amigos, de los que hace tiempo no sé nada y sería bueno retomar conversaciones que quedaron inconclusas, no podré verlos a todos pero por lo menos de algunos podré disfrutar estos cortos días…Un conejo azul es el primero en quien pienso, es un amor extraño pero que amo; cuatro años de amistad han logrado que quiera verlo y saber de su vida; a unos cuantos metros de distancia se encuentra, y es una ventaja para aprovecharla. Acudo raudo a su casa y me recibe siempre con un abrazo tan opresivo que puedo sentir los latidos de su corazón y la energía que en él circunda (Amo sus abrazos, pero no tanto como a él) Siempre tiene algo para mí: Noticias, frutas, una película, halagos, sorpresas, sonrisas; es bueno sentirme recibida en su casa. Y como si el universo conspirara el atardecer de aquel domingo está color naranja, tan bello como su llegada a mi vida y nos quedamos absortos en cada nube pintada por los rayos anaranjados del sol, mientras él supone qué estaría pasando en otras zonas del mundo con tan majestuoso evento en el firmamento; por un momento a través de las ventanas la pared se pinta de su color y me asombra el cielo inmóvil mimetizando y grabándose en mis ojos…Empieza a oscurecer; es hora de partir, se hace tarde y debemos hacer otras cosas. Nuevamente me espera uno de sus abrazos lunares que por cierto una vez más siento conspirar cuando levanto la vista al cielo y veo media luna dibujada de manera traslúcida sobre el lienzo del cielo azul escarcha. El día no ha terminado y ya me siento absurdamente feliz; tanto que quiero más, hasta el grado de intoxicarme de dulzura…
Llego nuevamente a casa y me recibe una comida sencilla pero hecha afablemente por las manos arrugadas de mi abuela; esas con las que hacía en el patio donde estaba el molino: chancarina, melcocha y masitas de choclo. Me doy cuenta que los tengo aquí, tengo a mis abuelos y le doy gracias al Creador.
Se hace tarde, quiero salir y reconocer el pueblo; encontrarme a muchos y poderlos saludar; por fin decido hacerlo y emprendo el camino hacia donde todos irían: “El Parque Municipal”. Un lugar convertido por los pobladores, en el destino de los fines de semana, rodeado de un ensordecedor ruido por todos los carros que allí se ubican equipados con altísimo sonido…Pienso por un momento la manera en que los jóvenes derrochan el tiempo sentándose a hablar de banalidades mientras se toman infelizmente una cerveza y hablan de la próxima “Rumba” a la que van a asistir…Me genera curiosidad y acepto entonces la invitación a una discoteca reconocida para ver qué tan bueno se puede pasar; confieso que a los 5 minutos de llegar ya estaba aburrida y por fortuna me encuentro con mi profesor de arte del colegio; me propone ir a tomar algo a un lugar tranquilo (eso en realidad me dejó tranquilizada); hablando de cosas, de las nuevas noticias y acontecimientos de nuestras vidas; mientras tomamos un coctel que en tres sorbos me marea y decido mejor compartirlo, evitando llegar ebria a casa (cosa que nunca me ha pasado) soy de las que prefiere embriagarse riendo o buscando nuevas experiencias para sentir, ese es al final mi verdadero vino.
Son las 2 de la mañana, por fin llega el lunes el día planeado para visitar mi río; sé que me espera impacientemente y yo no sé si quiera hacerlo también porque las ganas de correr a abrazarlo son excesivas. Por ahora me quedará descansar en esta cama tibia, al lado de los brazos de mi madre quien duerme con quietud y silencio arrullador…La voz aguda y fina del solecito pequeño pero más luminoso de la casa me levanta forzosamente pero me proporciona el sabor dulce que está presente para contarle los cuentos que me pide repetir a gritos una y otra vez; esa labor se convierte en la actividad que inexorablemente se apodera de toda la mañana. Ver llegar a mi padre me da una rara felicidad y un abrazo y un beso son la manera de expresarlo y recuerdo así el amor de mi abuela: “raro pero existe”
Me estoy sintiendo como la niña que no veía la hora que llegara la hora del recreo y correr a jugar con sus amigos; quiero ir ya al río, no soporto esperar; seguramente el conejo azul se ha perdido en uno de sus cráteres lunares y se ha quedado conversando con unos de sus amigos; además por un momento quiero volar y escapar porque percibo un vacío a eso de las 2 PM; el ser que me cuidaba y me amó con ternura y verdad no volverá a aguardarse sentada en el andén de la casa y no me volverá a recibir con un saludo simpático y cargado de amor (yo lo sentía en cada abrazo, en cada palabra, a ella si le interesaba cuán bien estaba) -Qué hubo mijita! Dios me la bendiga! Cómo está? - Bien? -Ah bueno me alegro mija…Como está de bonita!!!...Recordándola, mi alma llora inconsolablemente, ella está tranquila.
Por fin subimos y la brújula solo me indica el norte; voy al norte, calle arriba al río. Los rayos dóciles del sol acarician mi blanquecina piel con la esperanza de tornarse de un nuevo tono, pero no son salvajes y creo que hoy no será el día para cambiar su color…El camino es bello, el cielo está claro; y mientras transito llevando de la mano a mi pequeño solecito; los perros callejeros, las vacas, los pájaros, las gallinas y el canto de los gallos me inspira a cerrar lentamente mis ojos y aspirar el olor de no sé qué de la clima del campo…Sara mientras tanto pregunta hacia dónde nos dirigimos, yo le digo: -Vamos al río mi princesa! Y ella pregunta: -Al río? Y está muy lejos? Dónde queda?.... –Queda donde nace el arco iris. A lo que ella responde: - Y podemos traerlo con nosotros?...En ese mismo instante ella se convirtió en el mío, y pensé: “Para qué el arco iris del cielo si ella tiene todos los colores”; y le digo: -Podríamos traernos un pedazo porque no cabe en nuestros bolsillos. De manera natural me dice que es mejor dejarlo salir en el cielo, allí se ve bonito!
Continuamos entonces subiendo mientras veo que muchos como es típico suben atosigados con ollas enormes y racimos de plátanos para hacer sancocho de gallina, otros hacen paradas en tiendas típicas de helados de 200 pesos.
He visto hermosas montañas de tonalidades verdes y amarillas, árboles florecidos por la eterna primavera del pueblo; pero ver la diversidad de especies de mariposas me ha recordado que los lepidópteros son el símbolo que me hacen sentir identificada y mientras las vemos de una lado a otro aleteando con sus hermosas alas; mi sol y yo declamamos la poesía de la mariposa de Gastón Figueroa que mamá nos enseñó:
- Mariposa, mariposa
¿A dónde vas tan jubilosa?
- A buscar perfume y miel
en las flores del vergel,
me esperan lirios azules
jazmines y durazneros,
me envolverán en sus tules
nupciales los limosneros
Mariposa ¡detente! yo te quiero aclarar
- No puedo, niña. Mi vida es volar
siempre volar.
Hemos llegado al fin y saludo a mi amigo el río: -Hola! Trajimos barquitos de papel para hacer navegar nuestros deseos; Corro a quitarme los zapatos y luego a chapotearme en la corriente que fluye fuerte e impetuosa; el agua está fría a tal grado de entumecer mis piernas que apenas se acaban de introducir en ella y sin pensarlo si quiera dos veces todo mi cuerpo entra y me siento inmediatamente renovada ( es una sensación absolutamente indescriptible), el sol se ha ido pero el agua brilla más que nunca, quizás debe ser por su ausencia…Mi cuerpo se ha aclimatado al frío que ha hecho salir a muchos, mi piel ya no lo siente, lo único que puedo percibir es cada átomo de lo que la compone en cada poro de mi piel, resbalándose sin dificultad, somos una sola, siento hacer el amor con el agua…Cierro mis ojos lentamente por un corto lapso de tiempo y al abrirlos nuevamente, me percato que los rayos del sol se han asomado por entre las nubes,y dibujan siluetas rayadas en cada onda que se forma por la corriente, contemplo a quienes me acompañan por un pequeño instante y nuevamente acumulo mi entera atención en mi anfitrión: EL RIO. Repentinamente recuerdo a Hilda, un ser identificado con el agua y que amo a pesar de la distancia; es una bella forma de sentirla cerca.
Agradezco al Creador por el agua: - ¡Gracias Creador! -¡Gracias Agua! Es lo único que me empieza a surgir: AGRADECER y empieza a juguetear limpiando mi alma, mi cuerpo y mi espíritu…Los barquitos se llevan mis mensajes de sueños que canto en voz baja antes de verlos partir y siento que todo lo que me frena a impulsarme y a nadar se está eliminando, me estoy nutriendo y tengo ganas de danzar con mis brazos largos y extendidos…Podría quedarme así, contemplando, sintiendo, como si me enamorar por vez primera y nuevamente las palabras no son suficientes para describir tal sensación…Ha llegado la hora de partir y como si se tratara de un mantra, agradezco al Creador por el agua de mi gran amigo el río. Me ha hecho tan feliz y me siento agradecida con la semilla del amor creciendo en el estómago, dando incluso frutos silvestres y dulces…Lo abrazo y me abraza, es una nostálgica despedida, pero me siento agradecida…
viernes, 4 de febrero de 2011
Danza
era de noche y danzaba con las estrellas…
La mariposa solar se posaba en mi cabeza,
y al mismo tiempo volaba jugueteando con la mantis.
Nos acercamos a un lago,
espejo de colores brillantes
que reflejaba el sol y la luna.
Y la pasión se adueñó de nuestros cuerpos,
y la danza fluyó, se sembró en nosotros…
Y los días pasaron,
y la danza silenciosa hizo parte de mí…
Con ella vinieron los frutos de la alegría
y la primavera llena de flores que emanaban el elixir el amor…